Ramen Ibérico

En primer lugar haremos un buen caldo, en esto no podemos coger atajos, y para ello necesitamos unos buenos dos kilos de huesos de ternera, como medio kilo de recortes de carne, que podemos pedirle a nuestro carnicero de cabecera.

Para darle aroma usaremos dos cebollas, dos ramas de apio, el verde de dos puerros, seis zanahorias y cuatro tomates.

Calentamos el horno a 180º y tostamos en él los huesos y la carne con la mitad de las verduras durante una buena media hora.

De la sauna del horno los pasamos a un baño de agua fresca hasta cubrirlos en una olla, mejor alta y añadimos la otra mitad de las verduras y unos granos de pimienta negra, media docena es suficiente. Lo llevamos a hervor a fuego suave y lo mantenemos cuanto más tiempo mejor en ese suave hervor, siempre tapado y espumando cuando sea necesario, por un mínimo de cuatro horas.

Pasado ese tiempo colamos, descartamos las verduras y huesos (aunque en la cocina tradicional podríamos hacer un “repas” (otro caldo más ligero con los mismos ingredientes)

Para la sopa necesitamos los siguientes ingredientes: Una cabeza de ajos, 200 gramos del mejor pan de pueblo, una cucharada de pimentón, cuatro hojas de laurel, unas ramitas de romero y tomillo a voluntad.

Preparamos la cacerola con un chorro de aceite de oliva virgen extra para recibir los ajos peladitos y cortados en láminas. A fuego medio y sin dejar de moverlos vamos a esperar que cojan un poco de color, para despues añadir el pan y rehogarlo en ese aceite durante un par de minutos. Cuando el conjunto esté bien caliente añadimos una cucharada de pimentón. Yo utilizo el de “El Sequero”, de Candeleda, que mira por el retrovisor, a la distancia, a sus vecinos extremeños.

Removemos con brío para evitar que se queme el pimentón y pasado un minuto, que se hayan realzado los aromas, mojamos con un par de litros de caldo.

Añadimos el laurel y las hierbas aromáticas si procede y lo llevamos a ebullición tapado y a fuego suave, removemos con cierta frecuencia ya que el pan tiende a irse al fondo y podría agarrarse.

Pasado este tiempo, la sopa estará lista, rectificamos de sal, y la servimos en boles con su huevo poché, un torrezno frito cortado en trocitos y unas hojas de berza cocidas que pueden ser sustituidas por otra hortaliza de hojas verdes y frondosas en caso de no encontrar las sabrosas berzas.